sábado, 29 de mayo de 2010

efectos de la tala inmoderada

La aplicación más importante de la ecología es la conservación del ambiente. Los objetivos de esta conservación son los siguientes:

Asegurar la preservación de un ambiente de calidad que satisfaga las necesidades de materias primas, de igual manera las estéticas y de recreo.
Asegurar un rendimiento continuo de plantas, animales y materiales útiles mediante el establecimiento de un ciclo equilibrado de cosecha y renovación.

Consecuencias

Cuando un bosque se tala inmoderadamente se alteran las condiciones ecológicas de la zona, lo que afecta a numerosas especies, como la mariposa Monarca. La caza sin límite de algunas especies animales ha determinado su extinción, y otras están a punto de desaparecer si no se toman las medidas para evitarlo. Las cadenas y tramas alimentarias tardan siglos en establecerse y equilibrarse; el hombre no puede alterarlas sin sufrir costosas consecuencias.

Los eslabones de una cadena alimentaria son importantes, desde una simple planta hasta el hombre; si falta uno, se rompe todo el equilibrio del ecosistema. El hombre, mediante sus acciones, puede llegar a modificar el ambiente provocando cambios en el equilibrio ecológico que pueden llevar a la destrucción de los recursos naturales. De aquí que sea importante el estudio de la ecología, que instruye sobre un mejor manejo y conservación de los recursos naturales, como el agua, los suelos, cultivos y animales, que son fuente de la alimentación humana.

Las selvas, por ejemplo, explotadas inteligentemente y con las técnicas adecuadas, son muy productivas. De ellas se pueden obtener óptimos cultivos de arroz, caña de azúcar, tabaco y caucho, entre otros.

El hombre nunca carecería de materiales vitales si mantuviera la estabilidad de su población y su demanda de recursos por debajo del nivel que permita funcionar adecuadamente a los ciclos naturales. Desafortunadamente, la ignorancia del hombre frente a los ecosistemas y su equilibrio, ha ocasionado grandes problemas ecológicos, como escasez de agua, erosión de suelos, tala inmoderada de los bosques y, en general, deterioro de los diversos ecosistemas.


El sobrepastoreo

Tiene varios efectos nocivos en el ambiente. Muchas áreas arboladas son deforestadas para sembrar pastos y crear zonas de pastoreo, lo que con el tiempo ocasiona erosión, especialmente si el terreno es sobreexplotado con más animales de los que puede alimentar. El ganado vacuno, lanar y caballar provocan grandes daños a los bosques, aunque el que más lo perjudica es el ganado caprino, pues se alimenta de árboles recién nacidos, además de las ramas y la corteza de los árboles jóvenes.


México
Principales causas de pérdida de hábitat
México, al igual que otros países mega diversos, lamentablemente tiene una alta proporción de ecosistemas amenazados, siendo los más afectados el bosque mesó filo de montaña y la selva alta perennifolia, lo que repercute en la pérdida de hábitat (Toledo y Ordóñez, 1998). Para conservarlos necesitamos cuidar y usar de una manera adecuada los recursos naturales de nuestro planeta, así como ayudar a su recuperación.

Las principales amenazas para la sobrevivencia de las especies pueden dividirse en dos categorías: naturales y las que resultan del impacto sobre los ecosistemas provocado por los humanos. Las amenazas naturales radican principalmente en alteraciones climáticas, como cambios globales de la atmósfera (aunque en la actualidad, las investigaciones científicas han demostrado que el impacto por las actividades humanas contribuyen sustancialmente al calentamiento mundial, debido a las emisiones de gases con efecto invernadero), catástrofes naturales como lluvias torrenciales, erupciones volcánicas, fuegos naturales y la predación por animales herbívoros. Los mismos procesos de selección natural contribuyen también a la desaparición de las especies. Por otro lado, dentro de la categoría de las principales amenazas producidas por diversas actividades humanas como la agricultura, los fuegos provocados, la tala inmoderada y en general, el crecimiento demográfico desmedido; se encuentran la fragmentación del hábitat, la deforestación, la pérdida o degradación del suelo y la desertificación (CONABIO, 2000; Flor y Lucas, 1998).

Una de las principales amenazas a las que se enfrentan actualmente los ecosistemas es a la deforestación, que se refiere a la pérdida de grandes extensiones de árboles o incluso a la eliminación total de bosque natural. ¿A que se debe dicha deforestación y cuales son las principales causas? Probablemente la principal causa es el crecimiento demográfico desmedido, que ha llevado al humano a hacer un uso irracional de los bosques, al realizar una tala inmoderada para el establecimiento de áreas destinadas a actividades agrícolas, pecuarias o de otro tipo de uso de suelo, como asentamientos humanos o carreteras. Al mismo tiempo ha aumentado la demanda por usar la madera como combustible, para la industria de la construcción y para uso doméstico (Carty, 1992). En México una de las principales causas de la deforestación es la conversión de grandes extensiones de bosques a pastizales para ganado. Las principales repercusiones son muchas: pérdida de especies y de variación genética, deterioro general de los suelos, al mismo tiempo que elimina fuentes importantes de leña y de otros productos forestales básicos para los habitantes de comunidades rurales (Ochoa, 2000).

Como resultado de la deforestación, otra gran amenaza para la pérdida de hábitat es la fragmentación que se refiere a la división en pequeñas manchas de lo que era un ecosistema original, debido a que altera los fenómenos ecológicos naturales (CCA, 1997). Así, la fragmentación se refiere a la reducción del hábitat original, y por lo tanto a su destrucción parcial, repercutiendo negativamente sobre la biodiversidad, provocando incluso la desaparición de distintas especies de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, plantas e insectos, entre otros (Ochoa, 2000).

La erosión del suelo es un proceso natural que es más evidente en ambientes desérticos y en laderas, sin embrago la pérdida excesiva del mismo es otro de los grandes problemas ligados al deterioro de nuestros recursos naturales. Las principales causas de esta degradación son la deforestación en pendientes pronunciadas y suelos frágiles, el cambio del uso del suelo para actividades agropecuarias y el arado excesivo por agricultura tecnificada, que implica el uso de agroquímicos y de maquinaria. Se calcula que aproximadamente el 64 % del total de la superficie del territorio nacional (1.25 millones de km2) presenta degradación de los suelos en diferentes niveles (SEMARNAT, 2001).

Los desiertos se caracterizan, entre otros aspectos por sus elevadas temperaturas y lluvias escasas, por lo que a primera vista parece un lugar desolador, sin embrago en ellos habita una gran cantidad de organismos. Este tipo de ecosistemas debido a su baja productividad, alto número de especies endémicas y lenta tasa de regeneración son muy vulnerables a la sobreexplotación de los recursos ocasionada por actividades antropogénicas, que provoca la degradación y erosión de los suelos (Challenger, 1998). La sobreexplotación consiste en extraer un mayor número de individuos de una población de los que podría sostener de manera natural por su tasa de reproducción.

El proceso conocido como “desertificación” o “desertización” se refiere principalmente a la transformación de los pastizales semidesérticos, ricos en especies, en un ecosistema tipo “desierto” con floras y faunas depauperadas con muy pocas especies de plantas y animales. Esta lamentable disminución es consecuencia de la degradación de los pastizales a causa de la intensa explotación a que son sujetos por el sobre pastoreó y la tala de arbustos y árboles para leña, ocasionando el aumento en la erosión del suelo como resultado de la pérdida de la cubierta vegetal, que a su vez provoca la disminución de su capacidad para absorber el agua. Finalmente la transformación ocurre por la invasión de algunas especies de plantas presentes en el matorral xerófilo que rodea los pastos semidesérticos y que están mejor adaptadas a la aridez, por lo que se ven favorecidas por las nuevas condiciones de “sequía” provocada por la alteración de sus condiciones naturales (Challenger, 1998).

Por otra parte, las plantas que conforman los ecosistemas acuáticos tienen una tolerancia restringida a determinados intervalos de temperatura, pH, salinidad, pureza, y concentración de oxígeno. Sin embargo, estas condiciones ambientales se han alterado por el desarrollo de la tecnología y por las actividades antropogénicas, que han desecado y contaminado ríos, lagos y pantanos, por lo que gran parte de estos ambientes acuáticos se han visto afectados seriamente o incluso han desaparecido.

hola compañeros espero que les guste esta informacion los saluda su amiga deysi martinez del 4 "D".

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